miércoles, 9 de diciembre de 2009

"LO QUE TENEMOS Y LO QUE NOS FALTA"

Así se titula un artículo firmado por el actual Diputado Nacional Carlos Heller, publicado por el periódico bimestral EL COLECTIVO, a quien el periodista de C5N, Eduardo Feinmann, mencionó durante la ceremonia de jura de los nuevos diputados como "el banquero comunista". El mismo periodista que algun tiempo atrás dijo ser "de izquierda". Cabe preguntarse si se refería a su propia orientación ideológica, o a otra cosa.
Esto dice Carlos Heller:

"El fin de ciclo expresado el 19 y 20 de diciembre de 2001 parecía haber puesto fin a un cuarto de siglo de políticas neoliberales. Si fue así o no, es aún materia de controversia y, fundamentalmente, de lucha.
El modelo neoliberal, implantado por la dictadura entre 1976 y 1983, continuó con gobiernos constitucionales a partir de sucesivos planes de ajuste cuyos efectos sociales no pueden ser minimizados: hacia 2002, tres de cada cuatro jóvenes estaba bajo la línea de pobreza y 55 niños menores de un año morían cada día por causas evitables, lo que era equivalente a un verdadero genocidio social de casi veinte mil víctimas.
Con un sistema productivo desarticulado, estructurado alrededor de la actividad especulativa financiera o exportadora, pero siempre en detrimento de las necesidades de nuestro pueblo, la política sufrió un proceso de vaciamiento de sus principales sentidos. Pero el principal éxito del modelo neoliberal fue cultural. El triunfo de Mauricio Macri en la Ciudad de Buenos Aires y la violenta recomposición de una derecha ávida de revancha nos permiten entrever que el Consenso de Washington, con toda su carga simbólica, material y política, no ha sido superado aún en nuestras tierras.
El 2003 marcó en el plano nacional un punto de inflexión. Concebimos al gobierno de Néstor Kirchner como un territorio en disputa, por las presiones que ejercen las grandes corporaciones tanto locales como extranjeras; por sus propias tensiones internas e inclusive por el grado de fragmentación de las mayorías populares. Con un Estado devastado y las organizaciones sociales y políticas debilitadas, el arduo trabajo de reconstrucción de un proyecto colectivo es un camino apenas iniciado.
Entre 2003 y 2007 se produjeron algunos rescates significativos, ligados a la recuperación de la memoria histórica, al impulso de la verdad y la justicia con relación a los crímenes horrendos de la dictadura, particularmente la anulación de las leyes de impunidad y los juicios a los represores. En el plano internacional fue una novedad trascendente e inédita: el fuerte impulso al proceso de integración regional que va dando lugar a nuevas esperanzas y perspectivas: Unasur, Banco del Sur, mas la activa participación del gobierno argentino en el entierro del ALCA y las iniciativas regionales contra los intentos destituyentes en Bolivia, en la superación del conflicto entre Colombia y Ecuador y la incorporación de Cuba al Grupo de Río. La visita a Cuba de la Presidenta, en una gira que incluyó Venezuela y Ecuador constituyen un hito en el posicionamiento de la Argentina en el escenario internacional. Podríamos decir con ello que significan una fuerte ruptura con las tristemente celebres "relaciones carnales" y el sometimiento al Consenso de Washington. Estos cambios más las políticas de derechos humanos, han generado no sólo un incremento de la virulencia opositora en el marco de estrategias restauradoras, sino una machacona campaña mediática de deslegitimación del gobierno elegido por el pueblo y de crispación de la sociedad.
El cambio de gobierno generó nuevos desafíos y tensiones. La derrota de 2008 en la batalla contra el bloque del agro poder, profundizó la decisión política del gobierno de avanzar en rupturas del modelo neoliberal, abriendo paso a la recuperación de palancas muy valiosas del patrimonio nacional, ejemplo de ello son la nacionalización de Aerolíneas y la estatización del sistema Previsional. Las nacionalizaciones y el proceso de cambio de Ley de Radiodifusión constituyen nuevos pasos en la dirección correcta.
Frente a la crisis mundial, nuestro país desplegó políticas públicas orientadas a resguardar al empleo y al mercado interno en un desafío significativo a la tradición de la ortodoxia monetarista. Y frente a la debacle mundial, hay que resaltar la validez de esta opción que el gobierno convirtió en línea de acción. Esta vez, la respuesta no fue el tradicional ajuste, sino políticas activas y de defensa del mercado interno.
Es preciso mantener el rumbo, pero profundizando el camino emprendido, ya que hay asignaturas pendientes en materia de igualdad social, promoviendo una mayor redistribución de la riqueza. También la remoción de herencias que vienen de largo plazo. Por ejemplo: la Ley de Entidades Financieras y la Ley de Radiodifusión vigentes desde la dictadura. También es necesario habilitar mecanismos participativos más profundos para dar más densidad a una democracia sustantiva.
A pesar de todas estas asignaturas pendientes, es mucho lo avanzado. Para continuar es indispensable la construcción de un nuevo bloque social que sostenga el desarrollo de estas políticas.
En ese esfuerzo nos encontramos, por caso, en la Ciudad de Buenos Aires donde actores sociales y políticos decidimos aprender y construír un proyecto colectivo que permita unir a lo diverso para confrontar con lo antagónico.
Estamos cerca del Bicentenario, que se convierte en sí mismo en un ámbito de disputa.
En lugar de homenajes estériles o elitistas, proponemos leer el bicentenario desde los desafíos del presente, recuperando las luchas del pasado y sus asignaturas pendientes como banderas que no se bajan, como caminos a transitar.
El sueño de nuestros libertadores, una tierra de todos y para todos, nos desafía a convertir esas utopías movilizadoras en realidades efectivas. Aún tenemos un sueño, que habremos de cumplir mas temprano que tarde: la todavía pendiente Segunda Independencia."

Probablemente el periodista mencionado al principio, no se refiriera a su propia orientación ideológica.

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